Venirte a ver.

Venirte a ver,

Yo lo único que quiero es venirte a ver,

cada sábado en la cancha...

Ya es sábado pero hoy quiero hablar del pasado martes. Eran las diez y media, le pregunté a Edmundo que si ibamos al estadio, él no sabía porque tenía mucho trabajo. Yo estaba con mil cosas en la cabeza, como siempre pero tenía muchas ganas de ver al rebaño, creo que pocas cosas me dan o me quitan alegría tan inmediatamente como ver jugar a las chivas. Soy de los que aplica el "ganamos" o el "perdimos" nunca el "perdieron" o el "ganaron". Desde que tengo uso de memoria le voy a ese equipo igual mi papá no sabía como me iba a poner pero lo único que sabía es que iba a irle a las chivas y con esa pasión crece uno. Nunca he sido un fanático, nunca he dejado de salir con una novia o ex novia por ver un partido a menos que sea uno de esos importantes y aún así trato de mediar, siempre se puede negociar pero cada que puedo disfruto mucho verlos jugar.

Sería tonto apoyarlos por creer que van a ganar, es como querer enamorarte sin que te rompan el corazón. Lo interesante es emocionarse, es sufrir cada balón que se va, cada tiro mal logrado y cuando estás en el estadio la magia sucede, si estás cerca de la porra el mundo es otro y escuchas una sola voz alentando a 11 ingratos que no sabes si te van a dar la gloria o te van a dejar en el suelo. Y así cada temporada y así cada partido y así es como con las chicas. Uno siempre sabe el final de la historia sólo que se hace el necio para creer que puede cambiar el curso del destino.

Y sí, me tomé una chela, bueno en realidad fueron 2, me puse medianamente borracho pero !ah, cómo disfrute esa chela! Al final el partido fue regular, tirándole a malo pero la verdad me la pasé muy bien, gritando: "Venirte a ver, yo lo único que quiero es venirte a ver".

Las chivas me han enseñado muchas cosas, una de esas es a luchar con huevos hasta el último momento creyendo poder cambiar la historia y lo han logrado, me han enseñado a que por más que el marcador vaya en tu contra si le pones corazón y huevos te puedes reponer y darle la vuelta porque aunque suene trillado, el último minuto tiene 90 segundos porque uno nunca sabe si va a poder jugar el siguiente partido, porque el amor se deja en la cancha y las lagrimas las dejan para la casa. Porque recuerdo un equipo campeón en el 2006 el mismo año que yo recibí mi primer premio en esto de los masajes, porque las chivas me han enseñado a luchar aún cuando nadie cree en ti, aún cuando el árbitro, el estadio y el marcador vayan en tu contra.

¿Qué le dijo una tabla a otra tabla?

!Tabla tu mamá!

Me gusta creer que mañana todo estará bien, de verdad lo espero y algún día me gustaría que me pasara como al chicharito, sólo que en mi caso me encantaría que una clínica de masajes europea o gringa me fichara como un masajista con un futuro prometedor.

Les mando un abrazo de esos fuertes, que nunca sobran.

A.