viernes, 9 de julio de 2010




Te fuiste justo a tiempo

Siempre me decías "si va a doler que duela de una vez Alex"
Esta vez dolió más que nunca, como hace mucho tiempo no dolía el lado izquierdo, tan adentro.

Te fuiste justo a tiempo ahora que a las tardes les da por llorar y la ventana queda limpia.


Ahora que la cama se ve tan grande, se ve tan ancha, se ve sin ti.

Te fuiste justo a tiempo aquí ya no había más que hacer.


Yo sé que a nadie le interesa llegar y que te esperen con la mesa puesta, eso es tan 1901 tan a la vieja escuela, es tiempo de ir para delante, seguro buscabas un alguién más sofisticado.

Te fuiste justo a tiempo ahora que me da por cocinar e insisto
a nadie le interesa probar la sopa que se cocina a fuego lento por 15 minutos,
a nadie a absolutamente a nadie le interesa el olor de la comida que se resiste a cocinarse a manos de los inexpertos. 

Si te sirve de consuelo soy un experto en la sincronizadas y el juego de naranja y mis sandwiches son los mejores, te podría apostar que son los mejores.

Te juro que nunca hubiera cocinado algo con piña y mucho menos te hubiera dado un té de canela y por supuesto a la hora de comer nunca hubiera sonado un organillero. De darte de comer en la boca ni siquiera pensarlo.


Te fuiste a justo tiempo seguramente hubieras perdido la apuesta, si era por lo que tenías que pagar
no te lo hubieras tomado tan en serio, ni te hubiera cobrado, siempre tuviste saldo a favor.

Te fuiste justo a tiempo ahora que le puse cuerdas a la guitarra, ahora que el pasillo es tan aburrido que no nos guarda los besos, ni las caricias, ni mucho menos tu espalda recargada en la pared, mientras mis labios exploran poco a poco ese pequeño paraiso que vive en ti justo entre tu boca y tu oreja.

Tu cuello siempre fue mi perdición.

Te fuiste justo a  tiempo ahora que el doctor me resetó guardarme de casi todos los pecados.

Te fuiste.


2 comentarios:

Mujer del traje gris dijo...

Hay textos flacos. Hay textos que son banquetes. Hay textos carnosos que se roen hasta llegar al hueso. Hay otros que ya estan carcomidos cuando uno llega a leerlos, y así sucesivamente.
El esqueleto de este lo encontré temblando y como la lluvia se calló tantito un rato me dejó escuchar cómo titiritaba.

Tiene codos y rodillas, arrugas para mi conocidas, los párpados tristes y la piel adusta.

Este texto es un brindis.
La etiqueta, una falacia.
Un abrazo con bufanda para su autor.

"Te fuiste justo tiempo ahora que a las tardes les da por llorar y la ventana queda limpia."
Me ha gustado mucho.

marianocomecarnenipollonipez dijo...

es hermoso encontrarte en este lugar..
siempre me haces sentir que en esto del amor a nadie le va bien!
gracias por no hacerme sentir tan única...

viva la gente que trata de cocinar...

unos sandwich... y otras pastas!

tkm