jueves, 22 de enero de 2009

Marco

Tengo miedo de escribir este post con mi mala ortografía y mis verbos incorrectamente conjugados. Me da miedo que vaya a leer este post y me pendeje otra vez, aunque sí he de decirles la verdad me daría mucho gusto encontrármelo en otra fiesta, en otra oficina en otro bar.

Hoy se fue Marco Colín de Leo Burnett México, no tengo mucho que decir lo conocí poco pero creo firmemente que es un gran tipo y sin duda es alguien a quien seguir.

Con cariño admiración y respeto me atrevo a publicar el poema que nos leyó a todos antes de irse.

Poema fallido para el octavo piso.


Estoy tan emocionado que si supiera, les escribiría a todos ustedes un poema.
Porque hundidos de trabajo decoran de navidad sus lugares. Y en las pausas del Xbox y las comidas se enfrentan sin miedo al vacío para hacer magia con un lápiz.
Pondría un coro heroico por acá y una analogía brutal por allá. Evitaría los nombres y hablaría mucho de sus sonrisas y de la forma en que me hacen sentir vivo.
Hablaría de sus voces cuando presentan, de sus chistes y de sus silencios. Haría anotaciones acerca del líder de la tribu. Prometería entender sabidurías prematuras.
Escribiría un poema de putamadre para un grupo de muchachos que vienen a trabajar de jeans y tennis, con camisetas ridículas o insensatas o ambas. Hablaría de las muchachas que corretean a estos adolescentes tardíos con papeles en las manos. Haría retratos de ellos y ellas, unos sentados en los escritorios de otros. Celebraría los romances, las peleas y las bengalas. Hablaría de todos los amigos que trabajan conmigo. De los confesores, de los terapeutas.
Cómo me gustaría hacerles un poema donde les diría que me recuerdan lo mejor de mí hace unos años. Una elegía triunfadora de valentía y de arrojo, de paracaidistas sin paracaídas. De huevos y de corazones. De profesoras y de mamás y de analistas y de programadores.
Me cae de madres que si supiera, les escribía ahora mismo a todos ustedes un poema.
Voy manejando de noche, sin luces y me guío con el sonido de sus voces.

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