lunes, 6 de octubre de 2008

Mariposa



Las mariposas no comen carne, ni pollo, ni pez. Con cariño.

Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero
desde que sé que no vendrás más nunca.
He vuelto a ser aquel cantar del aguacero
que hizo casi legal su abrazo en tu cintura.

Y tú apareces en mi ventana,
suave y pequeña, con alas blancas.
Yo ni respiro para que duermas
y no te vayas.

Que maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
que maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo,
mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas.

Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa.
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo

Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa.
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo

Así eras tú en aquellas tardes divertidas,
así eras tú de furibunda compañera.
Eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera.
Ay, mariposa, tú eres el alma
de los guerreros que aman y cantan,
y eres el nuevo ser que se asoma por mi garganta.

S.R.D

1 comentario:

marianocomecarnenipollonipez dijo...

uyyy...

que bonita referencia hace ud. a las mariposas...
supongo y me dejo llevar por la grata idea de que
las personas somos como las mariposas...

nos gusta ir lejos, si,
pero siempre regresamos al lugar de donde venimos,
Nos gusta evolucionar,
como salir de un capullo como de tristezas, malos ratos, de relaciones, de no relaciones, de re.inventarnos...

De tener colores brillantes,
si,
pero sólo son para las personas que miran atentas...

personas como tú... que iluminan lugares...
que saben apreciar pequeñas frases, y detalles que son los que hacen que valga la pena todo el sufrimiento de colas interminables a la diversión...

gracias por conocernos... por con pequeños tragos irnos conociendo...

gracias con alas y ojos brillantes y con falda cortísima!