15: Día pinche.

La semana pasada fui a una conferencia sobre masajes, venían varios conferencistas franceses a dar tips y nuevas formas de masajearle las alas a las muchachas y como era de esperarse los boletos se acabaron desde que salieron a la venta. A mí se me ocurrió la brillante idea de invitar a la señorita con la que venía saliendo (tal vez la recuerden como la chica a la que le hice la pregunta de la carnicería). En fin, ella y yo fuimos muy felices a escuchar a los conferencistas pero como siempre en este blog algo sale mal y lo resumiré todo en una serie de preguntas:

¿Qué es más pinche qué?

Salirte a la mitad de una conferencia que venías esperando desde hace mucho tiempo con una cara de enojo del tamaño de un perro-dinosaurio.

¿Qué es más pinche qué?

Que te digan que lo que estabas construyendo no iba ningún lado. Y así te das cuenta que sólo construías un castillo de arena esperando a que viniera una ola para que se llevara todo.

¿Qué es más pinche horroroso qué?

Terminar de discutir y subirte a un taxi y para hacerlo más pinche suena en la radio: everybody hurts de R.E.M y descubres lo grande que es el asiento trasero de un tsuru. Cierras los ojos, dices entre dientes: pinche vieja y después te ríes de ti mismo y de lo pinche que a veces se porta la vida contigo.

Después, tomas aire, bajas el vidrio porque ni si quiera tienes ganas de aplicarte el esterimar para poder respirar. Y piensas que lo que te pasa es mero karma por burlarte de los ciegos.